Proyecto de investigación de la Diputación de Málaga y el Instituto Andaluz de la Mujer, sobre la participación de las mujeres malagueñas en movimientos sociales, políticos y sindicales en la Transición
Enviado por las profesoras: Eva Mª Gil, Encarnación Barranquero, Susana Guerrero y Gloria Arenas, recientemente fallecida
PARTICIPACIÓN EN MOVIMIENTOS SOCIALES O POLÍTICOS
l ¿Cuándo empieza su inquietud por el cambio social, por la lucha política o por la lucha por la igualdad?
Durante mi etapa de estudiante, especialmente en los dos últimos años y después siendo profesora en el Colegio Universitario de Málaga: Es decir, inicié un proceso de concienciación ideológica que me llevó a participar en los movimientos de defensa de la Democracia uniéndome informalmennte a los grupos que existían en el ámbito universitario. Después, ya profesora, participé activamente en el movimiento de los PNN (profesores no numerarios de uniersidad). Pero fué en 1973 cuando esa actitud de “no resignación ante la dictadura” cristalizó en un compromiso político y sindical, igresando en el PSOE y en la UGT.
En este proceso dominó siempre en mí ese sentimiento de que no podía permanecer impasible ante aquella sociedad injusta y represiva.
l En esos comienzos, ¿cómo se sentía como mujer? ¿Era una persona más en el grupo o tenía conciencia de ser diferente por ser mujer?
Mi conciencia feminista creo que va creciendo a medida que percibo la ausencia de mujeres en el ámbito político y sindical. Me faltaban al rededor las personas de mi género y vivía esto como una anomalía inadisible. Comencé a tratar el “tema de las mujeres”en todas mis intervenciones publicas (cosa que rara vez se hacía) animando a los hombres que iban a los mítines a que asociaran en su labor política a sus mujeres e hijas, lo cual fue teniendo su eco ya que proguesivamente iba creciendo la presencia de mujeres en los mítines. A partir de entonces, yo misma comencé a ilustrarme sobre feminismo e historia de las mujeres, cuestión que pasó a interesarme cada vez mas y mas.
La diferecia mujer la siento constantemente en política, pues encuentro que los parámetros que rigen sus ambientes e instiruciones son muy dominantemente andróginos y creo que debemos comenzar a modificarlos. Con independencia de ello, siempre he valorado a los compañeros que confiaron en mí y me apoyaron extraordinariamente dentro del PSOE, especialmente en los comienzos.
l ¿En qué movimiento social o partido político comenzó? Mi ideología es de tipo socialista, con una destacada defensa de las libertades, los Derechos Humanos y el pluralismo. Por tanto la afiliación al PSOE de Andalucía y al Partido Sociaista Europeo (PSE) es, y ha sido siempre, la mas apropiada a mi manera de pensar y la que he ejercido en todo momento .
Durante las tres legislaturas en las que fuí Eurodiputada adquirí una considerable experiencia internacional y allí nació mi proyecto “Mujeres por la Paz, todos por la paz” que cristalizó en la asociación que lleva este nombre y de la que soy Presidenta. Actualmente estoy asociada asimismo a: Amnistía Internacional; a Solidaridad Internacional de Andalucía; a la UCA ( Unión de Consumidores de Andalucía); a las asociaciones de vecinos correspondientes a los lugares en los que resido; y a un sinnúmero de asociaciones de mujeres, algunas de las cuales me asocian a título honorífico; mi última adscripción ha sido al Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad de Granada, donde me propongo realizar próximas investigaciones.
l ¿Hay algún momento crítico en el que se da cuenta que por ser mujer no puede participar en la política real de la misma manera que sus compañeros varones?
En democracia y en una sociedad con libertades, pienso que los impedimentos para que las mujeres participen en política son mas de tipo mental, socioeconómico o circunstancial mas que de otro orden. Nunca tuve sensación de no poder hacer las mismas políticas que hacían los demás, en igualdad de condiciones, capacidades, trato etc. Pero sin embargo, siempre he sido consciente de que la hacía de manera diferente a como la hacen mis compañeros varones; diferente, porque las mujeres somos diferentes; y diferente, porque mis factores personales también marcan diferencias individuales.
Me gusta que en política se valore, cuantitativa y cualitativamente, el componente de género ( de forma paritaria tal como se da en nuestra existencia ) pero también el componente personal; si los varones tienen derecho a ser considerados individualmente, nosotras también: Hace tiempo que coquistamos el derecho a tener una personalidad individual. Las políticas colectivas de género que han sido necesarias para promover el acceso de las mujeres, y normalizar la situación, no deberían empañar este importante factor personal que hoy día queda a veces menospreciado.
l ¿Le fue complicado participar en estos movimientos en estos primeros años de la Transición? En el caso de los partidos políticos, ¿contó con el apoyo de sus compañeros varones? ¿Qué tal eran las relaciones con las mujeres de otros partidos políticos o de las asociaciones de mujeres?
No era nada complicado, cualquier contacto con los ambientes progresistas, pro-democracia, plataformas de solidaridad, etc. o en la propia universidad de los años 1965-1975, era muy fácil conectar con gente socialmente comprometida, las organizaciones eran clandestinas y sus militantes represariados, pero te acababas conociendo facilmente. Precisaban apoyo y todos eramos muy bien venidos, habia un gran compañerismo y solidaridad entre nosotros; no obstante éramos pocos los que ariesgábamos. Hacía falta tener una gran generosidad para enrolarse en los movimientos entonces, ya que no había nada que ganar y la represión del régimen franquista era brutal. Te jugabas todo, profesión, amistades, familia, crédito social. La política estaba muy mal vista, era algo maldito, estaba satanizada . Para la familia era una especie de tragedia cuando alguien se declaraba de izquierdas o demócrata, consecuencia de lo que se había sufrido en la guerra civil en todas las casa. Evidentemente, si se trataba de una mujer, aún peor, todo era aún mas dificil y el rechazo social mas despectivo: Las mujeres únicamente habían nacido para casarse, fundar un hogar, servir al marido y tener hijos.
En cuanto a los compañeros de los partidos políticos, hubo periodos en que sí conté con un
respaldo generoso. En términos generales hasta la llegada del PSOE al poder, el apoyo interno entre compañeros era muy grato y muy amplio. Pero inevitablemente a partir del momento en que un partido político accede al gobierno, los cargos se convierten en codiciados y empieza a funcionar la promoción y la carrera política con demasiada competitividad. Comienzan a jugar muchos factores interesados a la hora de apoyar a los colegas, sean hombres o mujeres.
En cuanto a las relaciones con mujeres de otros partidos o movimientos, siempre han sido excelentes pero coyunturales. Para mí las mas cercanas han sido las mantenidas con asociaciones feministas, que me suscitan una mayor complicidad y mutua comprensión. Me alegré mucho del giro operado en el feminismo español, hacia 1980, cuando comienza su ecercamiento a los partidos políticos.
VALORACIÓN PERSONAL DE LO CONSEGUIDO
l Treinta años después, ¿considera que la lucha feminista mereció la pena y consiguió algunos de sus objetivos? ¿Hubo tal vez demasiado desgaste? ¿Se supo transmitir a la sociedad las ideas por las que se luchaban?
Por supuesto que mereció la pena. El avance conseguido, en libertades y derechos de las mujeres en España, es mucho mayor de lo que nunca pensamos que era posible avanzar. Me viene a la memoria –como referencia- una de mis primeras acciones parlamentarias, en defensa de que se suprimiera la “excedencia forzosa por matrimonio” para las telefonistas que eran despedidas de su puestode trabajo, simplemente por casarse. O el hecho de que una mujer no pudiera ni abrir una cuenta en un banco sin el permiso del varón. Ni salir al extranjero porque no le daban el pasaporte etc.,
Se han conseguido muchos objetivos pero no obstante queda un largo camino por hacer. Entre los retos inmediatos y mas urgentes señalaría que hace falta mucha “educación y formación en la igualdad” corrigiendo estereotipos; que es necesario erradicar tantos comportamientos machistas ( reiterados con frecuencia tanto por hombres como por mujeres) y finalmente, que es imprescindible compartir equilibradamente las tareas domésticas.
El desgaste sufrido creo que es el esperable en cualquier acción política hecha realidad, pero no mas; en cuanto a la trasmisión del mensaje también me parece aceptable pues no veo que existan grandes equívocos, quizá las incomprensiones surgan mas por aplicación de estereotipos que actúan como censuras previas.
l ¿Qué valoración le daría a la actuación de las mujeres en los grupos políticos? ¿Y en los sindicatos?
Una buena valoración para el limitado poder que tenemos, ya que en mi apreciación, las mujeres apenas si tocamos poder político ni sindical.
En cuanto a los sindicatos, creo que aún no han avanzado tanto como los partidos políticos.
Pero de los problemas que mas me preocupan hoy día es el de cambiar la manera de hacer la política, mejorarla y adecuarla, en algunos aspectos, a nuestra actual y paritaria visión del mundo. A mi juicio, como consecuencia de la paridad se hace necesario poner en marcha “nuevos modelos de decisión conjunta hombre-mujer”. Una cooperación de decisión hombres-mujeres, que aportará notables mejoras a las fórmulas tradicionales, tan monolíticamente masculinas y tan desacreditadas.
l ¿Cómo fue el proceso de creación de los Centros Asesores de la Mujer en Andalucía?
El Presidente de la Junta Preautonómica de Andalucía me nombró Consejera de su primer Gobierno Preautonómico, en calidad de consejera sin cartera, pero para que me ocupara de los temas referidos a la situación de las mujeres en Andalucía. Elaboré un proyecto novedoso (el primero que existía en España) para poner en marcha los Centros Asesores de la Mujer que recibió el apoyo de dicho Gobierno Preautonómico, y así comenzamos. Fué un gran esfuerzo lleno de carencias ya que no teníamos apenas nada. Sólo nos sobraba, eso si, voluntad de atención a las mujeres y buenos profesionales al frente del proyecto. Los Centros de Sevilla, Granada, Córdoba y Málaga recibieron, de inmediato, una enorme aceptación que desbordaba nuestros limitados medios. Las asesoras/es y colaboradoras/es de los Centros, merecen nuestro homenaje porque desarrollaron un extraordinario trabajo en una situación muy precaria, desde comienzos del 1978-79, cuando aún no había casi entramado institucional alguno, y lo hicieron con enorme generosidad y entrega. Ellos, a partir de la calidad de los servicios que prestaban, fueron los mejores artífices de su exitoso despegue y porterior prestigio.
l ¿Qué valoración le daría a la creación y actividad del Centro Asesor de la Mujer de Málaga?
Ya se sabe que preguntar a una madre sobre la valoración de su descendencia puede contener amplias dosis de visión subjetiva. Pero en este caso, la excelente labor desarrolada por el Centro de Málaga, ha sido reconocida, unánimemente y de forma general en diferentes etapas, incluso por administraciones de distinto signo político. La labor de Carmen Olmedo ha sido encomiable, su entrega y entusiasmo han supuesto un insigne servicio a Andalucía que no podremos olvidar nunca. En el caso de Málaga, el Centro ha aglutinado además a otras feministas de gran prestigio que con su presencia continuada le dan solera y afianzan un presente y futuro de lo mas prometedor.
María Izquierdo Rojo
Fundadora de los Centros Asesores de la Mujer
Andalucía
10 febrero, 2009