El titular de la ONU busca discutir con los mandatarios medidas urgentes para lograr la paz. La iniciativa forma parte de los buenos oficios del líder de la Organización y refleja su compromiso desde que empezó el conflicto, dice el portavoz de António Guterres.
El Secretario General de las Naciones Unidas solicitó a los presidentes de Rusia y de Ucrania que lo reciban en Moscú y Kyiv, respectivamente, informó este miércoles el portavoz de António Guterres.
“Ayer por la tarde, se entregaron sendas cartas a las Misiones Permanentes de la Federación de Rusia y Ucrania. En esas cartas, el Secretario General pidió al presidente Vladimir Putin que lo reciba en Moscú y al presidente Volodymyr Zelenskyy que lo reciba en Kyiv”, anunció Stephane Dujarric en su encuentro diario con la prensa.
En un momento “de gran peligro y consecuencias, le gustaría discutir medidas urgentes para lograr la paz en Ucrania y el futuro del multilateralismo basado en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional”, abundó.
En nombre de Guterres, Dujarric destacó que tanto Ucrania como la Federación de Rusia son miembros fundadores de las Naciones Unidas y que siempre han apoyado con firmeza a la Organización.
El portavoz explicó que la iniciativa forma parte de los buenos oficios del Secretario General y que refleja su compromiso desde que empezó el conflicto. Agregó que no se trata de una petición surgida en pocas horas, ya que Guterres ha trabajado en ella desde hace tiempo.
Dujarric indicó que el titular de la ONU tomará las medidas adecuadas según las respuestas que reciba y añadió que hasta el momento ninguna de las misiones ha contestado la solicitud.
En cuanto a cómo se conformaría la delegación en caso de que se concretara el viaje, dijo que se daría a conocer en el momento oportuno. “Estamos dando un paso a la vez, lo primero es recibir una respuesta de ambas capitales”, recalcó.
Personas huyen de Ucrania en el paso fronterizo de Medyka y en la estación de tren de Przemysl, Polonia.
Empeora la situación humanitaria
Por su parte, la Oficina del coordinador de la ONU para las Crisis alertó de la creciente emergencia humanitaria en Ucrania en medio de una intensificación de la ofensiva rusa en el este del país.
“La pérdida de vidas y el trauma causado por los ataques a hospitales, escuelas y lugares de refugio es absolutamente impactante, al igual que la devastación de la infraestructura civil crítica en el país”, dijo el encargado para Ucrania de esa oficina, Amin Awad.
La guerra ha generado la mayor y más rápida ola de desplazamientos de la historia reciente, doce millones de personas, desde que inició en febrero pasado. Cinco millones de esos ucranianos han huido del país buscando refugio en las naciones vecinas.
De los al menos siete millones de desplazados que siguen en Ucrania, muchos carecen de servicios básicos como agua o electricidad.
Además, unos doce millones de personas pasan dificultades económicas y padecen la disminución de los servicios esenciales.
La ONU detalló que a partir del comienzo de las hostilidades se han registrado más de 130 ataques a instalaciones sanitarias y que la contaminación del terreno con artefactos explosivos en conjunto con la inseguridad dificultan el acceso en el este del país.
UNICEF/Julia Kochetova
Una familia evacuada de la ciudad de Irpin, en la región ucraniana de Kiev.
Riesgo de ramificaciones
El representante para Ucrania afirmó que el impacto inmediato de esta guerra es muy grave en Ucrania y advirtió que “podría tener ramificaciones globales y colocar a 1700 millones de personas en el mundo en riesgo de pobreza, hambre e indigencia”.
Awad acotó que la conflagración podría afectar a Ucrania durante generaciones y se sumó al Secretario General llamando a la moderación y abogando por una pausa humanitaria.
Consideró que dicha pausa permitiría el paso seguro de civiles dispuestos a abandonar las áreas de conflicto y la entrega segura de ayuda humanitaria urgente a las personas en las áreas más afectadas de Mariúpol, Kherson, Donetsk y Luhansk.
Las agencias de la ONU y sus socios ampliaron las operaciones de socorro para llegar a 2,5 millones de personas en toda Ucrania desde que empezaron los enfrentamientos.
La impunidad ante las agresiones a las mujeres en Ucrania solo se combatirá reuniendo pruebas contra los culpables
Protesta de mujeres ante la Embajada rusa en Lituania denunciando los crímenes contra las mujeres cometidos durante la invasión de Ucrania. EFE
Publicado en El País, editorial , 19 de abril, 2022
La retirada de las tropas rusas de las ciudades ocupadas en Ucrania ha sacado a la luz el horror de las ejecuciones de civiles y un número cada vez mayor de casos de violencia sexual contra mujeres, incluido el secuestro y violación por parte de soldados del Ejército ruso de 25 jóvenes. Entre ellas había niñas de 14 años que fueron retenidas durante un mes en un sótano, según han denunciado el alcalde de Bucha y la Defensora del Pueblo de los Derechos Humanos de Ucrania. Unicef y ONU Mujeres han pedido una investigación independiente sobre las agresiones sexuales, consideradas parte de los crímenes de guerra.
Las violaciones en grupo y las agresiones sexuales denunciadas en Ucrania son congruentes con un tipo de ofensiva como la que Vladímir Putin ha diseñado, con ataques indiscriminados contra la población civil, fuerte presencia de mercenarios y una marcada voluntad de castigo contra la desafección a la causa rusa. La violencia sexual se utiliza como un arma de guerra destinada a causar terror en la población y desmoralizar a quienes integran la resistencia contra el ejército invasor.
Cada vez hay más mujeres en los ejércitos, y en la guerra de Ucrania muchas jóvenes se han unido a los grupos de combate y resistencia. Tanto las mujeres que huyen de los bombardeos para proteger a los niños como las que permanecen en las ciudades sitiadas y ocupadas se convierten en un soporte esencial para la subsistencia de la población vulnerable. En ese contexto, violar y matar a las mujeres y a las niñas es una forma de destruir la comunidad, como hemos visto en el conflicto del Congo, donde se estima que cerca de 500.000 mujeres han sido objeto de agresiones sexuales por parte de soldados en los últimos veinte años. La guerra suele ir acompañada de una exaltación de la hipermasculinidad y para muchos combatientes, tomar el cuerpo de las mujeres de la comunidad vencida forma parte de la conquista del territorio. Otra fuente dramática de vulnerabilidad está en la trata de mujeres. La frontera y la desesperación de la huida es el caldo de cultivo para las redes mafiosas dispuestas a victimizar doblemente a las mujeres con engaños y abusos que a menudo acaban en un camino sin retorno hacia la prostitución.
Reunir pruebas de las agresiones sexuales cometidas, como ya han empezado a hacer la Fiscalía ucrania y el Tribunal Penal Internacional, es una tarea imprescindible para que los responsables tengan que rendir algún día cuentas. La resolución 1325 de Naciones Unidas, adoptada en octubre de 2000, insta a garantizar la protección de mujeres y niñas frente a violaciones y otros abusos sexuales en situaciones de guerra. El Tribunal Penal Internacional condenó en 2019 al ruandés Bosco Ntaganda a 30 años de prisión por 18 crímenes de guerra, que incluían violaciones y esclavitud sexual. Solo cuando cesen los combates en Ucrania se conocerá el alcance real de este tipo de violencia. Eso es lo que sucedió en la guerra de los Balcanes, cuando una misión de investigación de la Unión Europea concluyó que más de 20.000 mujeres y niñas habían sido violadas por soldados serbios durante la guerra. Los agresores tienen que tener claro que ninguna de estas violencias puede quedar sin castigo.
El profesor de la Universidad Complutense de Madrid publica un libro que analiza el gran cambio religioso que ha experimentado el país. La secularización pasó a ser más efectiva cuando empezó a basarse en la indiferencia, asegura
Rafael Ruiz (Palencia) es profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y acaba de publicar La secularización en España (Cátedra), un libro que analiza el gran cambio religioso que ha llevado al país a ser una de las sociedades europeas donde más ha retrocedido el cristianismo en las últimas décadas.
Pregunta. Sitúa el inicio de la secularización en España a finales del siglo XIX, en una primera ola marcadamente anticatólica.
Respuesta. Hay quien remonta el inicio mucho más atrás, pero las muestras de secularización se aprecian con más claridad en esa época. Tienen como correlato, más que el anticatolicismo, el anticlericalismo, lo cual está relacionado con el hecho de que el poder de la Iglesia en la estructura social del país era inmenso. El Estado liberal se construye en parte, como en otros países de tradición católica, sustrayendo espacios que controlaba la Iglesia, sus instituciones hospitalarias, educativas, etcétera. Ese carácter anticlerical, a veces también antirreligioso, empezó siendo intelectual y pasó a los movimientos obreros.
P. Asegura que la recristianización del Franquismo fue más aparente que real. Y que la segunda ola de secularización comenzó en plena dictadura.
R. El catolicismo estaba muy extendido durante el franquismo, particularmente en algunas regiones. Y en los años cuarenta y cincuenta sí hubo una cierta recristianización de las lógicas cotidianas, aunque no fue total, como en el mito que planteaba el régimen, sino que tuvo como límite la memoria de la primera oleada de secularización; el franquismo fue más efectivo en silenciar a los que estaban en contra de su ideología nacionalcatólica que en convencerlos. Y en los años sesenta empezó la segunda ola de secularización. La España del desarrollismo y más tecnocrática tuvo como efecto no deseado la promoción de una secularización que más que conectar con el anticlericalismo anterior, fue protagonizada por unos jóvenes que experimentan nuevas formas de socialización y de plantear la sexualidad, que en algunos casos practican un activismo político y, más en general, cortan, no tanto con la identidad católica, como con un modo de vivir el catolicismo muy marcado por la moral, la práctica y la apariencia.
P. ¿La descristianización de España pasa a basarse a partir de ese momento sobre todo en la indiferencia?
R. Sí. La corriente anticlerical no desaparece, siempre ha tenido un peso importante, quizá porque al menos hasta finales del siglo XX la presencia del catolicismo en España ha sido mayor que en otros países del entorno, pero es minoritaria. A partir de los años sesenta, como en otros países occidentales, lo que hay es un movimiento mucho más tranquilo y a la vez mucho más masivo. Un ‘ir dejándolo’ que fue mucho más efectivo como dinámica de secularización, porque se situaba fuera del debate del catolicismo. El indiferente puede ir a un bautizo o una comunión, pero en realidad ya ha salido del campo religioso.
P. ¿El vaciamiento de la España rural aceleró el abandono del catolicismo?
R. Sí, sobre todo en la España rural del norte, donde la vida cotidiana estaba regida en gran medida por la Iglesia y el cura, y era uno de los focos más importantes de preservación del catolicismo. A partir de los años sesenta, muchos de sus habitantes se van a vivir a las ciudades y se instalan normalmente en suburbios, donde la Iglesia no tiene ese papel definitorio, y muchos cortan. Iban a misa porque formaba parte de lo que se hacía en el pueblo, pero al no sentir esa presión social, lo dejan. Hay testimonios de curas que dicen: ‘Este chico ha ido a la ciudad, y dice que como ha visto mundo ya no va a la iglesia’. Quizá al volver al pueblo de visita acompaña a sus padres a misa el domingo, pero su vida va por otro lado. Un dato interesante es que mientras España se fue convirtiendo en un país cada vez más urbanizado, la extracción principal de los seminaristas siguió siendo rural, lo cual es una de las explicaciones de por qué los seminarios pierden tanta fuerza a partir de los sesenta.
P. Menciona algunas diferencias territoriales sorprendentes en el proceso de descristianización.
R. Hay cosas muy curiosas. Tendemos a pensar en evoluciones lineales, pero la secularización es fruto, en realidad, de muchos procesos, y según cómo se mezclen los ingredientes salen platos muy distintos. El País Vasco, que es una de las zonas más secularizadas hoy, junto a Cataluña y Madrid, en los años sesenta era profundamente religioso. Hay estudios que hablan, y es una idea que puede funcionar parcialmente, del nacionalismo como religión de sustitución. En Andalucía, en cambio, pasó al revés. En las primeras estadísticas religiosas, de los años cincuenta y sesenta, Andalucía, donde el anticlericalismo había sido muy poderoso, era una de las zonas menos religiosas de España. Y hoy es una de las que presenta mayores muestras de religiosidad. Se ve, por ejemplo, en el porcentaje de matrimonios católicos. La fusión entre identidad local, religiosidad popular y catolicismo ha sido en cierto modo una receta de éxito. Otra cosa sería analizar hasta qué punto es efectiva esa religiosidad un martes de noviembre, es decir, en un día cotidiano. Pero ese catolicismo cultural estructurado alrededor de la cofradía y la hermandad, con una serie de ritos a lo largo del año, ha permitido allí una pervivencia mayor de la identidad católica.
R. Antes de los escándalos, la confianza de la sociedad en la Iglesia ya estaba en mínimos históricos, y esto será otro motivo de desafección frente a la institución, que ha sido una de las dinámicas de la secularización. También habrá que ver cómo reacciona la Iglesia en este momento crítico. Si muestra un corte tajante con las prácticas del pasado y un repensar la Iglesia a partir de esta crisis, como ha planteado el papa Francisco, quizá incluso pudiera recuperar un poco de confianza, pero de momento lo que va a pesar es el impacto.
R. Hay una parte de la sociedad que no se activa fácilmente por la conflictividad social, política o mediática. La mayor parte de los ciudadanos lo que quieren es trabajar, descansar, ocio, llegar a fin de mes. Pero desde hace unos años nuestra realidad también está marcada por cierto efecto de polarización. Eliminar la asignatura de religión, para una amplia parte de la sociedad podría no significar nada. Pero creo que de una forma no tan inmediata podría alimentar esa dinámica de polarización.
P. Señala que hay una creciente corriente de espiritualidad en España, sobre todo entre personas jóvenes, que ya no católica.
R. En las últimas décadas, el catolicismo, entendido como práctica religiosa, ha perdido peso. Como identidad también, aunque menos. Es difícil encontrar en España una sola identidad que tenga tanta representación; dependiendo de la estadística, se habla del 60%, 65%, 59%… Los demás, ese otro 40%, no son católicos, pero solo una parte de ellos son ateos. No nos hemos parado a analizar y a pensar a fondo en estos otros fenómenos de religiosidad y espiritualidad, que son interesantísimos.
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.
En este aniversario republicano del 2022, me gustaría dirigir nuestra mirada-homenaje hacia la figura histórica de la diputada nacional asturiana, Veneranda Manzano, centrándome en aspectos significativos de su legado que demuestran una manera especial de hacer política en la que se revela su diferencia de mujer. Observar sus tesis, objetivos, argumentaciones y comportamientos a la luz de lo que era usual en las masculinidades de entonces, entre los años 1931 y 1992. Comentar particularidades que me llaman la atención desde la perspectiva de la política que solemos hacer las mujeres, en las que nos diferenciamos de las reacciones, actitudes y formas expresivas de las masculinas.
En lo que a mí respecta, se trata de una temática que me ocupa y preocupa desde el comienzo de mi andadura democrática, allá por los años 1970, referida a los modos y formas de nuestro quehacer político: expresiones, actitudes y respuestas frecuentes en las mujeres, quizá debidas a una manera diferente de sentir y de pensar emparentada con un espacio propio de “sororidad” y que, por otra parte, se superpone habitualmente y convive con las innumerables formas diversas de hacer la política que tenemos cada una de las personas.
Así pues, el 22 de abril de 1931, Veneranda G.Manzano, escribía en Vidiago un artículo publicado tres días después en el periódico El Pueblo, titulado “Por qué soy republicana”, en el que nos da y se da a sí misma, una respuesta transcendente y fundamental sobre su compromiso político: Soy republicana porque “soy madre y soy maestra”; como madre engendro hijos que no deben de ser enviados a guerras injustas por reyes que juegan con ellos como si fueran soldaditos de plomo; como maestra alumbro “el porvenir en almas infantiles”. Un escrito valiente en el que la maestra se expresa espontanea, con sus imágenes de entonces y mediante un discurso propio libre, contestando públicamente a la represión y castigo personal que le ha impuesto la autoridad, el alcalde monárquico de Llanes prohibiéndole hacer campaña en el concejo a favor de la II República Española.
A lo largo de este artículo juvenil nos muestra, Veneranda, su mundo político, familiar y personal: los hijos, la educación, profesión, la justicia social, la igualdad, la paz y libertad de pensamiento, cuestiones fundamentales de sus principios y objetivos políticos en los que nos sentimos interpeladas y representadas la inmensa mayoría de las mujeres. Y cuando conocemos su vida y exilio, nos damos cuenta de que en esa personalidad de mujer moderna y avanzada y activa, culta, pacifista, patriota, defensora del asilo político y de la protesta antinuclear, parece que nos reencontramos una gran mayoría de mujeres de todos los tiempos.
En mi opinión, sí es importante que las mujeres hagamos política con esa sinceridad que transmite Veneranda Manzano: Sin copiar miméticamente los patrones masculinos. Manifestando nuestro propio pensar y sentir. Siendo consecuentes con nosotras mismas. Teniendo presente que ese vetEusto mundo político en el que hemos ingresado recientemente, aún no tiene patrones y cánones a nuestra medida y semejanza. Tal como lo hace Veneranda Manzano cuando revela su ideal republicano partiendo de “su diferencia mujer”y su insustituible diversidad. En este sentido, el presente, a raíz de la invasión rusa de Ucrania, nos obliga a recordar la urgente necesidad de aplicar en toda su extensión, la Resolución, 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, del año 2000, que insta a los Estados Miembros a intervenir para que las mujeres estemos representadas y participemos, en pie de igualdad, en todas las iniciativas encaminadas al mantenimiento y fomento de la paz, la seguridad, así como en la prevención y resolución de conflictos.
Excma.Sra. María Izquierdo Rojo
Diputada constituyente y presidenta de la Asociación Foro Veneranda Manzano
Publicado en El Comercio, a partir del texto de ROSANA SUÁREZ
LLANES.Lunes, 4 abril 2022, 01:06
Los socialistas llaniscos eligieron ayer al nuevo secretario general de la agrupación municipal. El expresidente asturiano, exdelegado del Gobierno y exalcalde de Llanes, Antonio Trevín, se impuso al diputado por el oriente Ángel Morales por 123 votos frente a los 94 del segundo en una jornada en la que la votación estuvo ajustada hasta casi el final. Según los datos facilitados por el PSOE, acudieron a votar a la sede de la Agrupación Socialista de Llanes 220 militantes, es decir, un 93%. Para el comité autonómico hubo nueve personas que no votaron, tres nulos y cuatro en blanco. La candidatura de Pedro Pidal Otero obtuvo 93 votos, mientras que la de Juan Antonio González Blanco logró 111 apoyos.
Tras imponerse a Ángel Morales, el nuevo secretario general de la Agrupación Socialista de Llanes expresó «el afecto personal» que tiene al diputado por el oriente. Trevín definió la jornada de ayer como «un día tranquilo y de alegría» en el que «la gente votó lo que quiere ejerciendo su derecho democrático».
El expresidente del Principado hizo referencia al «reto importante» que el PSOE tiene por delante que, en sus palabras, es «echar fuera» del gobierno local al cuatripartito porque «cada vez es más un clamor mayoritario en Llanes». Sus palabras hacia Vecinos por Llanes, PP, Foro e IU no quedaron ahí. Acusó a las cuatro formaciones de formar «un gobierno ilegal e inmoral». «Están incumpliendo la Ley de Transparencia con el ‘pacto de Posada’ y han hecho una persecución, muchas veces injusta, contra gente de este pueblo y socialistas», criticó.
Para Trevín, el cambio ha llegado a Llanes y para ello es necesario que «todos los socialistas llaniscos estén unidos». «Unidos somos capaces de lograr cosas muy importantes. Lo fuimos logrando la Alcaldía en 1987 y logramos mantener un ciclo muy amplio del PSOE en el Ayuntamiento. Sobre todo, logramos transformar Llanes. Se hizo el puerto después de décadas y décadas, al mismo tiempo conseguimos el saneamiento integral y transformar por completo la zona rural con agua, caminos y alumbrado público. Ese es el elemento de referencia que debemos tener para 2023: cambiar Llanes. Para ello hay que volver a tener un proyecto de modernización donde lo digital tiene que tener mucha importancia y lo participativo tiene que ser esencial. El turismo y la vivienda tienen que ser la prioridad del próximo Ayuntamiento y en lo que trabajaremos en los próximos años», expresó tras ser proclamado líder del PSOE de Llanes.
Antonio Trevín recordó unas palabras que un compañero le dijo cuando entró a formar parte del partido. «Me dijo que había dos principios revolucionarios imprescindibles para ser militante. El primero y más importante, pagar la cuota, y el segundo, que participara en todas las discusiones que hubiera en el partido y defendiera claramente mis ideas. Esos dos principios han guiado mi trayectoria y militancia en el PSOE” expresó.
La escritora, convertida en referente de la relación entre literatura y neurociencia, publica ‘Madres, padres y demás’, donde explora los orígenes de la misoginia y la visión masculina de la cultura
Siri Hustvedt (Northfield, Minnesota, 67 años) es autora de siete novelas y numerosos ensayos sobre arte, literatura, neurociencia y psicoanálisis, que ha recogido en varios volúmenes. Premio Princesa de Asturias 2019 por el conjunto de su obra, imparte cursos de psiquiatría narrativa en la Facultad de Medicina de Weill Cornell, Nueva York. Acaba de aparecer en español el volumen titulado Madres, padres y demás, en el que efectúa un recorrido caleidoscópico de sus múltiples intereses como ensayista. Los 20 trabajos que integran el volumen incluyen semblanzas de figuras familiares, como su madre, Ester, o su abuela paterna, Tillie, cuya historia fue borrada por su marido y la autora recupera ahora. En otros ensayos explora los orígenes de la misoginia, las fantasías patriarcales de una supuesta gestación paternal procedentes de los griegos y que, según ella, se perpetúan en los estudios de genética hasta hoy. En sus ensayos sobre las novelistas Jane Austen y Emily Brontë rompe estereotipos profundamente enraizados en la visión masculina de la cultura, al igual que en su estudio de la visión subversiva de la maternidad manifiesta en la obra artística de Louise Bourgeois.
Escritos a lo largo de una década y reunidos durante la pandemia, la colección ofrece un sentido unitario de las investigaciones de una escritora que se mueve con la misma facilidad en la ficción que en el ensayo. El encuentro tiene lugar en su casa de Brooklyn, donde vive con su marido, el escritor Paul Auster, en un salón cuyas paredes están cubiertas de óleos que reproducen imágenes de venerables máquinas de escribir.
PREGUNTA. ¿Cabría decir que Madres, padres y demás es un resumen de su trayectoria y de sus preocupaciones fundamentales?
RESPUESTA. Casi todas mis preocupaciones esenciales están ahí, aunque debo hacer una precisión. Durante la pandemia pensé que sería interesante reunir un volumen con los ensayos más accesibles, dirigidos a un público inteligente e intelectualmente curioso, pero que no era necesario que tuviera una formación rigurosa en genética, neurología o psiquiatría. Dejé fuera del libro los ensayos más técnicos, que aparecerán en otro volumen.
P. En el libro recoge numerosos recuerdos de su historia familiar. ¿Fue una niña feliz?
R. Fue una infancia entre dos países y dos idiomas. Nací en Minnesota, pero viví tres años en Noruega en distintos momentos de mi infancia y mi adolescencia. Me crie en un ambiente muy cálido y protector. Nací prematuramente, mi madre me dio a luz cuando estaba embarazada de ocho meses. Recién nacida me daban unas convulsiones tan fuertes e inexplicables que los médicos le dijeron a mi madre que iba a morir. Aterrada, mi madre se volcó en mí, procurando protegerme, eso creó un vínculo con ella que duró hasta su muerte. Sobreviví, pese al pronóstico, pero era una niña hipersensible. Todo me afectaba, la luz, el tacto, padecía la condición conocida como sinestesia de espejo, que desplaza la ubicación de las sensaciones táctiles; sufría de migrañas que exacerbaban mi hipersensibilidad a los estímulos sensoriales de manera extrema. Pasaron muchos años antes de que me diagnosticaran, pero todo aquello influyó mucho en mí cuando era niña. Para huir de los estímulos del mundo exterior me refugiaba en los libros.
P. ¿Qué leía?
R. Alicia en el país de las maravillas me fascinaba. No sé cuántas veces lo leería. Es un libro verdaderamente extraño; en realidad, no es para niños. A los 11 años mi madre me regaló un libro de Emily Dickinson, que tampoco es una lectura para niños. Su poesía es muy difícil, pero produce una intensidad emocional a la que yo respondía visceralmente. Desde entonces me ha acompañado siempre. También me regaló un libro de poemas de William Blake que leía y releía sin cesar, completamente fascinada. A los 12 o 13 años empecé a leer novelas inglesas, Dickens, Jane Austen, las hermanas Brontë. Más tarde me abrí a otras literaturas, Camus, Sartre, Kafka, Freud. Empecé a leer a Kierkegaard con 15 años.
P. En muchos de sus escritos ha dicho con gran énfasis que Kierkegaard es muy importante para usted. ¿Cómo llegó a él?
R. Me obsesiona. Es un escritor sin fin ni fondo. Tengo todos sus libros. Solo los cuadernos suman 7.000 páginas, y eso que murió joven. Mis padres construyeron una casa en el campo y en el patio trasero había un barranco bastante abrupto en cuyo fondo corría un arroyo. Al otro lado del arroyo, en lo alto de la garganta, había otra casa, que ya estaba allí antes de que se construyera la nuestra, en la que vivía una pareja con sus hijos, con los que íbamos a jugar al arroyo. Un día subí a la casa y vi a una mujer trabajando en su estudio. Se llamaba Edna, Edna Hong, y le pregunté qué estaba haciendo y me dijo que estaba traduciendo a Kierkegaard. Ella y su marido eran sus traductores al inglés. Me prestó Temor y temblor, un libro fascinante que me abrió las puertas a su mundo.
P. ¿Cómo se hizo escritora?
R. Cuando tenía 13 años, mi padre alquiló una casa en Reikiavik y nos llevó a toda la familia a pasar el verano en Islandia. Mi padre era profesor de Historia y Literatura Escandinava y nos llevó a conocer los lugares históricos mencionados en las sagas islandesas y nos contaba lo que había pasado en ellos. No estaban señalizados, pero él conocía perfectamente su ubicación y nos contó historias de hechos que a veces eran terriblemente brutales y sangrientos. Al final del día volvíamos a casa, pero en Escandinavia en verano no se pone nunca el sol y yo no podía dormir, de modo que me pasaba las noches en claro, leyendo. Un día una escena de David Copperfield, de Dickens, me emocionó tanto que tuve que dejar el libro. Me levanté y abrí las cortinas. Reikiavik estaba sumergida en el silencio, bañada en una luz muy extraña. Entonces pensé que, si los libros pueden provocar emociones así, yo quería ser escritora.
P. ¿Qué filósofos han sido importantes para usted, además de Kierkegaard?
R. Ernst Cassirer me enseñó que uno de los rasgos más importantes del trabajo intelectual es la capacidad de sintetizar pensamientos complejos y transmitirlos con claridad. Merleau-Ponty resuelve problemas muy profundos sobre la cuestión de la relación entre el cuerpo y la mente. La lectura de Husserl es uno de los mayores retos intelectuales que he afrontado jamás. Cuando leo a Husserl me parece que avanzo a oscuras por un bosque hasta que de repente llego a un claro y se ilumina todo. Dos filósofas muy importantes para mí son Edith Stein, que escribió su tesis sobre la noción de empatía, y Susanne Langer. Me interesan los pragmáticos americanos como William James. Peirce es muy importante, y utilizo sus ideas sobre genética en la novela que estoy escribiendo.
P. ¿Qué novela es?
R. Se titula El sobre encantado. Es la historia de un affaire amoroso muy extraño y sus consecuencias. En la novela hay un libro dentro de un libro escrito por el padre del narrador. El libro es un tratado sobre eugenesia. Todavía sigue en vigor el determinismo genético, algo que se remonta a Platón.
P. ¿Se siente más cómoda en el ensayo o en la novela?
R. Para mí la clave está en usar siempre la primera persona. Tengo objeciones al autoritarismo de la tercera persona. Es como si existiera una voz que viene impuesta desde lo alto. Esto vale tanto para las humanidades como para las ciencias. Jürgen Habermas decía que la ciencia quiere purificar y limpiar su discurso de todo valor subjetivo, que es una forma de polución, pero no estoy de acuerdo. No es que no reconozca que el lenguaje es una realidad compartida o que el yo sea algo aislado, pero es una manera más flexible de abordar el mundo real.
“Sí, pienso en la muerte, pero no en la mía. Pienso en lo que sería perderlo a él [Paul Auster, su marido]”
P. ¿Existe la escritura femenina?
R. Si existe, está separada del cuerpo de quien escribe. En ese sentido, se podría decir que Henry James es un escritor femenino y Gertrude Stein una escritora masculina. Lo interesante es borrar los límites, como hace Emily Brontë en Cumbres borrascosas, donde hace saltar por los aires categorías que todos tenemos enraizadas, lo humano y lo natural, lo masculino y lo femenino, el cielo y el infierno. Es un libro profundamente filosófico, como Al faro, de Virginia Woolf, una de las obras maestras de la literatura de todos los tiempos. Woolf elimina ese tipo de barreras. Al faro es fenomenología en clave de ficción. Su meditación sobre el tiempo es sobrecogedora.
P. ¿Cuál es su posición con respecto al feminismo?
R. Me interesan una serie de cuestiones que siguen sin resolverse en el ámbito de la embriología o la filosofía de la biología, así como todo cuanto tiene que ver con la reproducción desde el punto de vista biológico. Hay biólogas feministas muy interesantes, como Evelyn Fox Keller o Sandra Harding, que han escrito acerca de feminismo y ciencia. En la cultura popular, con excepción de los debates acerca del aborto, la biología se ve como algo que ha asignado papeles fijos a la mujer, empezando por la maternidad. Mi argumento es que la realidad biológica está siempre en flujo, avanzamos como organismos siguiendo una trayectoria hasta el final, pero mientras estamos en esa trayectoria estamos cambiando constantemente. Somos seres homeostáticos; los ajustes entre nuestro clima interno y lo que hay fuera está siendo siempre recalibrado por nuestro organismo. La idea de que la biología es algo fijo es falsa.
P. ¿Piensa en la muerte?
R. De hecho, sí [risas]. Paul y yo nos hemos comprado una tumba en un rincón muy agradable en el cementerio de Greenwood. Hemos llegado al acuerdo de que el que muera antes irá abajo y el segundo arriba [risas]. Pensar en la propia muerte es una abstracción hasta que llega el momento en que cobras conciencia de que te ha llegado el momento y te estás muriendo, pero la muerte del otro sí es diferente. Sí, pienso en la muerte, en lo que significaría perderlo a él.
Novelista, ensayista, poeta
Siri Hustvedt tiene cuatro facetas como creadora y la mejor manera de acercarse a ella es explorar los títulos más representativos, sabiendo que hay más de una posibilidad en cada caso. Aunque es la faceta menos conocida de su trabajo, quizá la mejor manera de entrar en su mundo sea hacerlo por la puerta de atrás, usando la llave de la poesía. Leer para ti (1982, Bartleby 2007) es un libro conmovedor que encierra algunas de las claves más íntimas de su universo personal y literario. “La poesía no está nunca lejos de lo que hago”, afirma cuando se le recuerda la existencia de ese libro. “Sigo escribiendo poemas, unas veces para mis personajes y otras para mí.” De su notable producción novelística, que consta de siete títulos, probablemente la mejor opción sea Todo cuanto amé (2003; Seix Barral, 2018), novela ganadora de varios premios internacionales. Se trata de una narración ágil que, como todo lo que escribe, encierra claves sutilmente enterradas en la prosa que remiten a aspectos de su propia biografía, y que solo una lectura atenta sacará a la luz. Por lo que se refiere a su faceta como ensayista, dentro de la variedad hay una considerable consistencia y unidad de tono. Todos los asuntos que toca los examina con similar agudeza y lucidez, de modo que da un poco igual por dónde empezar, todos abordan asuntos polémicos con gran originalidad. Un buen punto de partida es La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres (2016, Seix Barral 2017), colección de ensayos sobre arte, la mente y el sexo. La mejor manera de cerrar el círculo, aunque se puede empezar por cualquier sitio, es leer La mujer temblorosa, o historia de mis nervios (2009, Seix Barral, 2020), libro en el que Hustvedt dirige su incisiva mirada hacia sí misma, convirtiéndose a la vez en sujeto y objeto de su indagación. La autora cuenta así su origen: “Me invitaron a hablar acerca de mis investigaciones de neuropsiquiatría y neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Columbia University y conté cómo me sobrevino un violento ataque de temblores cuando estaba hablando en un acto de homenaje a mi padre, que acababa de fallecer. Mi agente estaba entre el público y me dijo que lo que había contado la había impresionado y me sugirió que escribiera un libro, y lo hice”. Madres, padres y demás (Seix Barral, 2022), el último publicado, es el gozne perfecto entre la memorialista y la ensayista. Puro Hustvedt.