
Para la PAZ…reclama una participación de mujeres y/o personas de paz (R. 1325 ONU)

Ante la masacre no cabe sino apoyar a fondo perdido al pueblo agredido y también valorar algunos principios de la Unión como la hospitalidad y la toma de conciencia de su responsabilidad como actor mundial
El 24 de febrero Vladímir Putin invadió Ucrania. Había asegurado públicamente que no tenía intención de hacerlo, pero más tarde se supo que el 18 de enero ya había decidido la invasión. Los esfuerzos de Macron por dialogar y alcanzar acuerdos no podían tener ningún éxito, y, sin embargo, es preciso dejar constancia de que recurrir a la deliberación y al diálogo en lo posible es la tarea que cumple al hombre que —como diría Max Weber— tiene vocación política, mientras que la mentira sistemática es el recurso del tirano acostumbrado a manipular todo en beneficio propio, empezando por la palabra, con lo cual destruye toda posibilidad de generar confianza y una convivencia justa. Decía Lenin que la confianza es buena, pero el control es mejor, y, sin embargo, sin una confianza básica es imposible un mundo humano.
Naturalmente, tras el atropello proliferaron las especulaciones sobre los motivos de Putin para destrozar un país que, con todas sus complejidades, vivía en paz, y afloraron el afán de recuperar el mapa de la antigua Unión Soviética, evitar la ampliación de la Unión Europea y frenar la expansión de la OTAN, vengar antiguas humillaciones, o demostrar que se es un vozhd, un jefe o caudillo, como dijo de Putin Juan Francisco Fuentes en las páginas de este diario hace algún tiempo. Pero conviene recordar que estos, sean los que sean, son motivos subjetivos, no razones. Los motivos permiten comprender hasta cierto punto las actuaciones de los individuos, pero no las justifican, porque para justificarlas se necesitan razones, argumentos sobre los que sea posible discutir y que se puedan aceptar o rechazar. Ninguno de los motivos mencionados es una mínima razón para destrozar un país pacífico, pero lo que los hace más peligroso es que son los de un autócrata con un notable poder.
La palabra autocracia es un tanto críptica, pero el Diccionario de la RAE expone su significado con mucha claridad: forma de gobierno en la cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley. Por desgracia, la brutal agresión de Putin es una prueba más de que uno de los grandes desafíos de nuestro siglo es el empoderamiento de las autocracias y el debilitamiento de las democracias, como si no hubiéramos aprendido nada del sufrimiento que causaron las del siglo pasado, de ese “mundo de ayer” del que hablaba Stefan Zweig.
Ante la masacre, ya inevitable, la primera pregunta es qué hacer y no cabe sino apoyar al pueblo ucranio a fondo perdido con todos los medios disponibles, desde sanciones a Rusia, armas y, por supuesto, acogiendo a los refugiados. Pero también aprender de algunas buenas noticias: el valor del pueblo ucranio, sea cual sea el final de la contienda, ha mostrado que la resistencia valerosa ante los tiranos resulta fecunda, y, en una línea muy semejante, las protestas que han surgido en el pueblo ruso con ese “no en mi nombre” de quienes rechazan identificarse con el caudillo. Esa es la verdadera herencia de la tradición de Dostoeivski, Tolstói Grossman.
Pero hay una noticia que concierne especialmente a la Unión Europea: se dice que ha nacido la Unión Europea Geopolítica en ese orden internacional que ahora lideran Estados Unidos y China, con Rusia al fondo. La Unión Europea ha tomado conciencia de su responsabilidad como protagonista en el orden mundial y, por tanto, ha de estrechar la unidad interna y las relaciones externas, asumir una política exterior común, buscar la autonomía estratégica para no depender de otros en productos vitales, como los sanitarios o las fuentes de energía —cero gas de Rusia—, o reducir la burocracia inmisericorde.
Pero lo que da sentido a estos mecanismos son los valores éticos por los que la Unión Europea optó desde su creación: la defensa de una democracia vigorosa, a la vez liberal y social, que apuesta por los derechos de las personas concretas, por su irrenunciable libertad, y nunca por las colectividades asfixiantes que matan la vida, pero es consciente también de que la libertad no se conquista en solitario, sino en solidaridad con las demás personas, que son iguales en dignidad y ciudadanas de un mundo común. Libertad, solidaridad e igualdad son esos valores irrenunciables, que compartimos con los demás países democráticos, y muy especialmente con los de América Latina. Frente al comunismo capitalista chino, evidentemente autocrático, y frente al neoliberalismo estadounidense, el socialismo liberal o el liberalismo social es la mejor opción.
Sin embargo, no se trata de reproducir una lucha de civilizaciones que enfrenta los valores de Occidente a los de Oriente, porque tal cosa no existe. Existe el enfrentamiento entre los valores de las democracias y las autocracias, sea cual sea su situación geográfica. Japón, Corea del Sur o Taiwán cuentan entre las primeras, Rusia, China, Venezuela o Nicaragua, entre las autocracias. Construir un mejor futuro exige promover los valores democráticos, con palabras, pero sobre todo con hechos, demostrando que creemos en ellos porque ofrecen posibilidades de una vida más plena que los valores autocráticos. Y es que en la configuración de las instituciones políticas, jurídicas, económicas y sociales de cualquier sociedad se encarnan siempre unos valores éticos y es decisivo que sean unos u otros. Las democracias han de contar con instituciones sólidas, con una ciudadanía madura, capaz de discernir, con políticos responsables y veraces.
Uno de esos valores europeos es la hospitalidad, que afortunadamente se ha activado ante el éxodo de los refugiados ucranios con una medida sin precedentes por parte de la Unión Europea de apoyar el traslado y la acogida en países de la Unión de cuantos se ven obligados a salir de Ucrania a causa de la guerra. Es una espléndida medida de solidaridad, a la que se han sumado organizaciones solidarias, voluntarios y familias de acogida. Según las previsiones, el número de refugiados puede alcanzar los cuatro millones, una cifra que están preparándose para asumir los distintos países de la Unión. Qué duda cabe de que la solidaridad une.
Sin embargo, algunas voces se han alzado acusando a la Unión Europea de dar un trato muy diferente a los refugiados e inmigrantes procedentes del norte de África. Hace décadas que también huyen de la guerra y la miseria, pero mueren a diario y cuando llegan a nuestros países la integración es sumamente compleja. A mi juicio, las críticas tienen razón, pero sólo en parte, porque no se trata de restar fuerza a una experiencia de solidaridad sumamente valiosa y fecunda, que está salvando vidas y evitando sufrimiento, sino de extenderla. Y sobre todo de poner sobre el tapete que el problema de asilo y refugio es un desafío local y global tan urgente al menos como la pandemia o el cambio climático, aunque sea menos célebre.
Bien lo sabe la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) que conoce una infinidad de migraciones, como la de los más de seis millones de venezolanos que han abandonado en los últimos tiempos su país.
¿No tendrían que ocuparse de ello esa inmensa cantidad de organismos nacionales e internacionales que ni resuelven los problemas en los países de origen ni posibilitan la integración de los desplazados en los países de llegada? ¿No estamos demostrando con este olvido de los más vulnerables que en Occidente y en Oriente estamos bajo mínimos de humanidad?
Adela Cortina es catedrática emérita de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, directora de la Fundación ÉTNOR y autora de Ética cosmopolita (Paidós).
Esta sociedad TAN TECNOLÓGICA que ahora discrimina a los MAYORES Y A LOS MÁS VULNERABLES, terminará por DESHUMANIZARNOS a todos sin distinción si no actuamos a tiempo.
Stop al abuso de las tecnologías. Está prohibido discriminar a las personas. No cabe ninguna preferencia que excluya o relegue a los seres humanos.
Està sociedad TAN TECNOLÓGICA que ahora discrimina a los MAYORES Y A LOS MÁS VULNERABLES, terminará por DESHUMANIZARNOS a todos sin distinción si no actuamos a tiempo.mano. es el gran reto del presente.
El promotor de la campaña ‘Soy mayor, no idiota’ ha entregado este martes más de 600.000 firmas apoyando su lucha por lograr que los bancos brinden a los mayores una atención más humana
“Tengo casi 80 años y me entristece mucho ver que los bancos se han olvidado de las personas mayores como yo”.
A las puertas del Ministerio de Economía ha mantenido un diálogo imprevisto con la vicepresidenta económica, Nadia Calviño:
“Es una prioridad para nosotros acompañar, apoyar a las personas más vulnerables y especialmente a los mayores. Hay que garantizar un trato personalizado, hay que garantizar que ustedes se sienten bien tratados”, le ha dicho Calviño.
San Juan, cirujano y urólogo retirado, se reunió este lunes con la asociación de usuarios financieros Asufin, que apoya su campaña. Y en la tarde de este martes se vio con las patronales bancarias AEB, CECA y UNACC. Dice que no parará hasta que haya soluciones efectivas a cuestiones como los horarios limitados, las llamadas sin respuesta o el hábito, cada vez más común en algunos bancos, de obligar a los mayores a usar aplicaciones y cajeros que les resultan complicados de entender. San Juan insiste en que no busca protagonismo, y en que su causa se ha hecho célebre debido a un malestar latente.
El Tribunal de Justicia de la ONU se planta por primera vez ante el discurso del odio: “Que cese la incitación y promoción del odio racial.”
Publicado en El País.
La Haya – 01 ENE 2022 – 02:
El Tribunal Internacional de Justicia de la ONU (TIJ), con sede en La Haya, ha elevado su voz ante el fenómeno del discurso del odio después de que Armenia y Azerbaiyán, países vecinos y enfrentados en la región de Nagorno Karabaj, solicitaran la adopción de medidas de emergencia por presuntas violaciones del otro bando del tratado de la ONU que prohíbe la discriminación racial. La última escalada bélica entre los dos países, a finales del pasado año, costó la vida a más de 5.000 personas. El cese de hostilidades firmado entre las partes incluyó el despliegue de 2.000 soldados rusos como fuerzas de paz en el enclave.
Los insultos entre armenios y azerbaiyanos se han convertido en un componente primordial de las demandas presentadas ante la justicia internacional. Términos como “bárbaros”, “animales” o “fascistas”, aparecen en los alegatos de ambos países. Los jueces de la máxima instancia judicial de Naciones Unidas han ordenado a ambas partes, en una orden provisional del pasado día 7, sin parangón en la historia del tribunal, que prevengan el odio racial mientras revisan el caso.<CW9>
Los discursos del odio, que afloran tanto en sociedades democráticas como en regímenes autoritarios, amenazan los derechos humanos al fomentar la discriminación y el racismo y tensan el ejercicio legítimo de la libertad de expresión. Aireados en arengas políticas o en las redes sociales, generan un ambiente de intolerancia que puede incitar a la violencia. Aunque el tribunal no tiene capacidad para forzar el cumplimiento de estas medidas cautelares, son vinculantes para los litigantes. De ahí su solidez, pero también sus limitaciones. En este caso, los jueces no han distinguido entre los improperios de armenios o de azerbaiyanos, sino que exigen —por unanimidad— la aplicación de disposiciones para que cese la incitación y promoción al odio racial.
“Es la primera vez que el tribunal dicta medidas cautelares tan claras en esta materia. No se trata solo de que este discurso sea ilícito. Es que también crea el clima necesario para que se cometan otros abusos o violaciones. A las partes les resultará difícil cumplir con todo lo ordenado hasta sus últimas consecuencias, pero es de esperar que se rebaje el tono del discurso público”, dice, en conversación telefónica, Asier Garrido Muñoz, profesor de Derecho Internacional Público en la Universidad de La Haya para las Ciencias Aplicadas.
Entre los ejemplos invocados en este caso destacan las palabras del presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíyev, para referirse a los armenios. Les ha llamado “bandidos”, “vándalos”, “fascistas”, “bárbaros”, “infieles con ropa negra”, “enemigos” y “de naturaleza cobarde”, así como “animales”. Por su parte, la agencia estatal armenia de noticias, ArmenPress, escribe que los azerbaiyanos “son tan bárbaros como los turcos”. “No son dignos de estar en la Tierra” es otra de las expresiones que han manejado los jueces. Para Garrido Muñoz, resulta desconcertante “el cruce de acusaciones basadas en una similar intención denigrante”. “Hay diferencias en sus argumentos, pero en esencia observamos la misma deshumanización del vecino, al que consideran una amenaza”, reflexiona el experto. En el litigio se ha invocado la Convención sobre la Eliminación de la Discriminación Racial, de la que son parte Armenia y Azerbaiyán.
“La crueldad también viste faldas”, artículo publicado en El País.
-Como mujer feminista que soy, suelo imaginar que el mundo estaría mejor si lo administráramos las mujeres. El rol biológico suele equiparnos con una capacidad instalada para la empatía y la conciliación, una conciencia del otro necesaria para la supervivencia de la especie. Y, sin embargo, sería equivocado pensar que las mujeres somos incapaces de la impiedad. Que los cuentos de hadas hablen de Maléficas, Cruelas, las hermanastras odiosas de Cenicienta, la Úrsula perversa de La Sirenita, la despótica Reina de Corazones, no se debe tan solo a los prejuicios masculinos de sus autores. La historia moderna nos ha dado a la Dama de Hierro, indiferente a la lenta muerte de prisioneros irlandeses empeñados en una huelga de hambre, o mujeres cómplices de tiranos, como el caso de Elena Ceacescu. En mi propio país, Nicaragua, ha sido una mujer, Rosario Murillo consagrada vicepresidenta por su marido, Daniel Ortega, la que regentó los actos de violencia contra pacíficos manifestantes que derivaron en el levantamiento popular de abril de 2018. La maquinaria de guerra para sofocarlo dejó más de 300 cadáveres sobre las barricadas.
Desde el fin de la tiranía somocista en 1979, no se había visto en Nicaragua una desfachatez como la actual para diseñar una legalidad a la medida de las necesidades de una dictadura; leyes para cobijar la represión y defenderla con leguleyadas. Pero si eso le hubiera dado a Maquiavelo material para escribir otro manual para tiranos, lo más retorcido que estamos viviendo últimamente es el ser testigos de tratos inusualmente crueles contra los destacados líderes, candidatos electorales y mujeres dirigentes que fueron apresados antes de las recientes eleccionesgenerales de noviembre. Las cuatro mujeres dirigentes del Movimiento Renovador Sandinista (rebautizado Unamos, en 2020), el partido disidente de la senda autoritaria que Ortega le imprimió al FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional), y por lo que muchos lo abandonamos, son ahora chivos expiatorios. Este mes: Dora María Téllez, Ana Margarita Vijil, Suyen Barahona y Támara Dávila cumplen seis meses, seis meses de estar incomunicadas: encerradas solas en celdas mínimas, desnutridas, sin acceso a un libro, a leer o escribir, durmiendo en celdas frías sobre colchonetas plásticas, sin que se les permita a los familiares llevarles una cobija. Támara y Suyen tienen una niña de cinco años y un niño de cuatro, respectivamente. No se les ha admitido verlos en las escasas visitas familiares —permitidas apenas tras 90 días de encierro— Las madres no han podido siquiera hablarles por teléfono.
¿Intercede por ellas Rosario Murillo, que posa beatífica con hijos y nietos? ¿O es ella misma la autora de esta venganza? Porque no cabe otra palabra más que venganza para calificar el caso de estas mujeres apresadas por su militancia política. Dora María Téllez es nada menos que la icónica guerrillera que liberó la ciudad donde Ortega y Murillo lograron aterrizar días antes del triunfo de la Revolución provenientes de Costa Rica.
Maltratados, desnutridos, aunque no incomunicados, se encuentran en el mismo penal 36 personas más. Hombres y mujeres destacados, empresarios, campesinos, héroes sandinistas, antiguos embajadores. Hay dos que, por su edad, debían estar al menos bajo arresto domiciliario: Francisco Aguirre de 77 años, excanciller, y Edgard Parrales de 80, exembajador de la Revolución ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Ellos y los demás no tienen acceso legal a sus abogados; el enrevesado juicio contra algunos gira sobre los proyectos de dos ONG súbitamente criminalizadas. A otros se les acusa por opiniones y declaraciones designadas como traición a la patria. Se dice que serán juzgados, pero los juicios se han postergado indefinidamente.
En diarias alocuciones a mediodía, Murillo acusa a quien se le ocurre —ya vimos el caso de Sergio Ramírez— de incitar al odio. Ella, en tanto, predica el amor y reza a un Dios a su imagen y semejanza, mientras llama diabólicos a los sacerdotes católicos. Ortega, por su lado, considera que seguirá siendo revolucionario mientras —para felicidad del pequeño Stalin que aún vive en ciertos corazones— acuse al imperialismo yanki del rechazo popular contra sus abusos. Tras esa mampara justifica múltiples violaciones a los derechos humanos y una suma de 160 presos políticos que sufren maltratos propios de un Gulag.
Las hembras ya habían tenido descendencia por vía sexual en numerosas ocasiones anteriormente. Es el primer caso de partenogénesis conocido en cualquier especie aviar donde la hembra tenía acceso a un macho
Laura Camacho, El País 23/11/22
Los cóndores de California llevan años en peligro de extinción. Desde hace tres décadas, científicos de San Diego Zoo Wildlife Alliance realizan estudios genéticos para determinar el parentesco entre los polluelos y sus progenitores. La sorpresa llegó cuando descubrieron que había dos individuos que eran hijos cada uno de una hembra de cóndor, pero que no estaban relacionados genéticamente con ningún macho y, por tanto, biológicamente eran huérfanos de padre. Para evitar posibles errores repitieron en numerosas ocasiones la prueba genética. La conclusión a la que llegaron es que estos habían sido producidos por partenogénesis, una forma de reproducción asexual. Lo llamativo es que las madres de estas aves, que se encontraban en cautividad, convivían con machos y anteriormente se habían reproducido sexualmente. De esta manera, este descubrimiento, publicado ahora en Journal of Heredity, supone el primer caso de partenogénesis en cóndores y el primero de cualquier especie aviar donde la hembra tuvo acceso a un macho.
( Publicada en ElPaís, el 3/9/21).
Un grupo de 11 jefas de Estado y de Gobierno, han instado a los talibanes, en un llamamiento conjunto, a respetar los derechos de las mujeres y niñas afganas y a impedir actos de violencia contra ellas. “Hombres y mujeres somos iguales y nuestros derechos son inalienables e incuestionables”, recalcan las políticas en su manifiesto.
La iniciativa, que partió de la presidenta de Eslovaquia, Zuzana Caputová y la primera ministra de Islandia, Katrin Jakobsdóttir, urge a la comunidad internacional a que siga con atención la situación y vigile los derechos de las personas más vulnerables en Afganistán, después de que el pasado 15 de agosto los talibanes se hicieran con el poder.
A diferencia de otros llamamientos hechos por mujeres a la comunidad internacional, este va dirigido directamente a las milicias islamistas que ya controlan el país.
“Hacemos un llamamiento a los gobernantes actuales y futuros en Afganistán para que respeten los derechos de las mujeres y las niñas y se abstengan de cualquier acción que restrinja sus derechos en áreas como el empleo, la educación, el acceso a la atención médica, la cultura o los cargos públicos”, piden las mandatarias en el texto suscrito, entre otras, por la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern.
Las dirigentes insisten en otro mensaje para los talibanes en que no se ejerza ningún tipo de violencia contra las mujeres. “Instamos enérgicamente a las autoridades afganas a prevenir todas las formas de violencia contra las mujeres o las niñas”.
Las 11 políticas recalcan que, independientemente de las diferencias que pueda haber, “hombres y mujeres somos iguales y nuestros derechos son inalienables e incuestionables”. También prometen a las mujeres y niñas afganas que seguirán de cerca los acontecimientos en su país, que escucharán sus voces y seguirán apoyando sus derechos y oportunidades.
Además de las representantes eslovaca e islandesa, se han sumado al llamamiento la presidenta de Grecia, Katerina Sakelaropulu; las primeras ministras de Dinamarca, Mette Frederiksen; de Estonia, Kaja Kallas; de Lituania, Ingrida Simonyté; de Finlandia, Sanna Marin; de Noruega, Erna Solberg, así como las presidentas de Georgia, Salome Zourabichvili y Moldavia, Maia Sandu.
Jefas de Estado y de Gobierno instan a los talibanes a respetar los derechos de las mujeres y las niñas https://t.co/jmF2OxgzbI a través de @el_pais
— María Izquierdo Rojo (@m_izquierdorojo) September 5, 2021