Homenaje a María Lejárraga

María Lejárraga-María Martínez Sierra

Homenaje a María Lejárraga
Intervención de María Izquierdo Rojo en el acto de entrega de los VIII premios de la Federación «María Lejárraga».

María Lejárraga, FORMA PARTE DE ESE ESCASÍSIMO GRUPO DE MUJERES QUE HICIERON HISTORIA, CUANDO NO LES ESTABA PERMITIDO REALMENTE NINGUNA ACTIVIDAD PÚBLICA Y SOCIAL: Su vida abarca desde finales del siglo XIX hasta el comienzo de la transición democrática (1874-1974) .
María, conocida en política como María Lejárraga y en literatura como María Martinez Sierra, fue autora reconocida de gran calidad, tanto en el género ensayo y autobiografía, como en narración y teatro (estamos hablando deuna producción literaria de cerca de cien obras) ( cien años…cien obras…como tantas mujeres, una vida constante de trabajo y actividad ).
Republicana socialista, fue feminista, política, y diputada por Granada. Maestra, hablaba varios idiomas y estaba frecuentemente en Niza; viaja y conoce Francia, Inglaterra, Alemania; vive mas de un año en Bélgica.
Ya entonces las mujeres socialistas pedían la equiparación del hombre y la mujer, en derechos como en deberes, se debía legislar el divorcio y conceder el voto a la mujer. MaríaLejárraga y Clara Campoamor estaban en el mismo camino, en la misma posición, por el voto de las mujeres.
Electa Diputada por Granada en 1933 por el Partido Socialista, al estallar la Guerra Civil, debió exiliarse.
Su ya entonces ex- esposo, Gregorio Martinez Sierra, murió en 1947 y María Martinez Sierra, (que siempre había desempeñado el papel de «la escritura o la escritora» en aquella denominada «colaboración literaria» volvió a su labor creativa escribiendo libros, traduciendo a grandes autores y apoyando en sus conferencias la causa femenina y republicana; realmente, en aquella «colaboración» que ambos habían iniciado ya de novios, Gregorio era mas que nada, el realizador y director teatral, así como el animador cultural y el relaciones públicas. María, después de su muerte, continuó pues como siempre su actividad literaria. Viajó a México y más tarde a Argentina, donde. Vivió 24 años en Argentina y murió en Buenos Aires en 1974, pocos meses antes de cumplir cien años

Yo, María Izquierdo, – que no llegué a conocerla personalmente -, me encontré con ella, en los mítines de la primera campaña electoral de la democracia, en junio de 1977:
Cuando terminaba el mitin casi siempre se me acercaban compañeras y compañeros socialistas que (frecuentemente con lágrimas en los ojos) me recordaban que también allí, a aquella plaza había ido ella, en la República. Era mencionada y considerada con gran estima. Así, hasta hoy: puedo aseguraros que la memoria de María Lejárra aún continuaba viva en Granada.
Ahora desde mi tarea actual de profesora de Universidad, he tenido ocasión de leer y analizar la valiosa obra de María Martínez Sierra. Una mujer extraordinaria. Una gran intelectual de su tiempo. Una persona a la que le importaba mucho mas HACER, que FIGURAR.
Alguna incomprensión a su personalidad, surge del hecho de ser una persona discreta. Algo que en determinados círculos hoy día no está de moda. No obstante, si analizamos la vida de muchos grandes intelectuales y científicos, premios nóbel y máximas figuras de las artes, sí encontramos numerosos precedentes de personas a las que les gusta más el retiro y la intimidad, que la notoriedad espectácular. María, era una de ellas y nos confiesa directamente, en su obra que le incomodan ese tipo de actitudes: «La exhibición personal me molesta» ; prefería con frecuencia pasar desapercibida: Así en las Cortes, al ser entrevistada por un periodisa, le indica que «procure omitir su nombre en aquellas páginas de crónica que se dispone a publicar».
Fué apreciada y querida con entrañable amistad por Juan Ramón Jimenez, seleccionada por Fernándo de los Ríos para ser Diputada, autora de los libretos de Amor brujo y El sombrero de tres picos de Falla. Premio de la Real Academia, por Canción de cuna, llevada al cine por Jose Luis Garci, en 1993.
En esta sociedad en la que el malentendido es tan frecuente, María Martínez Sierra ha sido y es, con frecuencia, malinterpretada. Malentendidos creados, en parte, por su desprendida generosidad, y en parte, por cierto provincianismo y falta de rigor, de quienes comentan superficialmente lo que fue su vida, su obra y su personalidad, sin profundizar en la lectura y calidad de sus ensayos, en el rigor de sus tesis feministas, en su cosmopolitismo y en la tradicional costumbre internacional de que las mujeres adopten profesionalmente el apellido del coyuge, como hace, hoy día, Hilary Clinton; como han hecho tantísimas congéneres que en el mundo han sido.

Hoy, desde Granada, desde este Fuentevaqueros del alma, en este entrañable acto del 27 de mayo del 2010, en el que recibo el premio que lleva tu nombre; en nombre propio y en el de esta numerosa Federación de Asociaciones de Mujeres María Lejárraga, te rendimos nuestro mas ferviente y merecido homenaje.
EN NUESTRO NOMBRE Y EN EL DE TANTAS GRANADINAS Y GRANADINOS EN LOS QUE LA MEMORIA y la estima DE, MARIA LEJARRAGA-MARIA MARTINEZ SIERRA, PERDURA.

MUCHAS GRACIAS POR ESTA DISTINCIÓN.

María Izquierdo Rojo
Diputada Constituyente

 Equilibrio económico, social y medioambiental

El informe de «los sabios europeos» concluye que Europa no puede prescindir de la energía nuclear, debe dar entrada a Turquía, renunciar a las jubilaciones anticipadas, cambiar la política migratoria para potenciar la inmigración cualificada, impulsar de forma decisiva la investigación científica y tecnológica…Las reformas tienen que ser urgentes y profundas.

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Paro y libertad de expresión

Censura incorporada de muy buenas maneras

Han cambiado muchas cosas, pero en lo que a libertad de expresión se refiere,  el fondo de la cuestión permanece igual o peor: La censura ya no es directa, ya no hay instituciones inquisitoriales, ni censores designados al efecto, ni estados de excepción pero de ahí a pensar que funcione de hecho el pluralismo democrático o el ejercicio de la libertad, eso ya sería muy difícil de admitir. Hoy día  los poderes, los condicionamientos y las presiones directas e indirectas adquieren tal dimensión que al individuo le resulta poco menos que ilusorio o  irrisorio plantearse lo de la libertad de expresión, como no sea en plan celebración o de fuegos artificiales .

De hecho ahora la cosa es mucho mas sutil, mas pulimentada, mas hipócrita  y con mucha mejor apariencia, porque  todo el componente vergonzoso que tenía la inquisitorial hispana ha quedado perfectamente camuflado y apenas se nota. Sí,  de hecho basta con tener las colas del paro bien rebosantes, tal como están y todo lo demás viene por añadidura. Son las  libertades cercenadas. Bastará con ejercer adecuadamente los habituales mecanismos de selección y promoción pertinentes, para que el joven y el adulto, las mujeres y los hombres  puedan quedar «trincaos» simplemente por ejercer su derecho al trabajo. Ya no hace falta violentarse públicamente expresando su adhesión inquebrantable a nadie,  ahora, dadas las inadmisibles cifras de desempleo,  en el mismo paquete de la simple promesa de un hipotético empleo, ya se sabe que entra todo lo demás: un buen número de libertades cercenadas y entre ellas, por supuesto, la libertad de expresión.