En este aniversario republicano del 2022, me gustaría dirigir nuestra mirada-homenaje hacia la figura histórica de la diputada nacional asturiana, Veneranda Manzano, centrándome en aspectos significativos de su legado que demuestran una manera especial de hacer política en la que se revela su diferencia de mujer. Observar sus tesis, objetivos, argumentaciones y comportamientos a la luz de lo que era usual en las masculinidades de entonces, entre los años 1931 y 1992. Comentar particularidades que me llaman la atención desde la perspectiva de la política que solemos hacer las mujeres, en las que nos diferenciamos de las reacciones, actitudes y formas expresivas de las masculinas.
En lo que a mí respecta, se trata de una temática que me ocupa y preocupa desde el comienzo de mi andadura democrática, allá por los años 1970, referida a los modos y formas de nuestro quehacer político: expresiones, actitudes y respuestas frecuentes en las mujeres, quizá debidas a una manera diferente de sentir y de pensar emparentada con un espacio propio de “sororidad” y que, por otra parte, se superpone habitualmente y convive con las innumerables formas diversas de hacer la política que tenemos cada una de las personas.
Así pues, el 22 de abril de 1931, Veneranda G.Manzano, escribía en Vidiago un artículo publicado tres días después en el periódico El Pueblo, titulado “Por qué soy republicana”, en el que nos da y se da a sí misma, una respuesta transcendente y fundamental sobre su compromiso político: Soy republicana porque “soy madre y soy maestra”; como madre engendro hijos que no deben de ser enviados a guerras injustas por reyes que juegan con ellos como si fueran soldaditos de plomo; como maestra alumbro “el porvenir en almas infantiles”. Un escrito valiente en el que la maestra se expresa espontanea, con sus imágenes de entonces y mediante un discurso propio libre, contestando públicamente a la represión y castigo personal que le ha impuesto la autoridad, el alcalde monárquico de Llanes prohibiéndole hacer campaña en el concejo a favor de la II República Española.
A lo largo de este artículo juvenil nos muestra, Veneranda, su mundo político, familiar y personal: los hijos, la educación, profesión, la justicia social, la igualdad, la paz y libertad de pensamiento, cuestiones fundamentales de sus principios y objetivos políticos en los que nos sentimos interpeladas y representadas la inmensa mayoría de las mujeres. Y cuando conocemos su vida y exilio, nos damos cuenta de que en esa personalidad de mujer moderna y avanzada y activa, culta, pacifista, patriota, defensora del asilo político y de la protesta antinuclear, parece que nos reencontramos una gran mayoría de mujeres de todos los tiempos.
En mi opinión, sí es importante que las mujeres hagamos política con esa sinceridad que transmite Veneranda Manzano: Sin copiar miméticamente los patrones masculinos. Manifestando nuestro propio pensar y sentir. Siendo consecuentes con nosotras mismas. Teniendo presente que ese vetEusto mundo político en el que hemos ingresado recientemente, aún no tiene patrones y cánones a nuestra medida y semejanza. Tal como lo hace Veneranda Manzano cuando revela su ideal republicano partiendo de “su diferencia mujer”y su insustituible diversidad. En este sentido, el presente, a raíz de la invasión rusa de Ucrania, nos obliga a recordar la urgente necesidad de aplicar en toda su extensión, la Resolución, 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, del año 2000, que insta a los Estados Miembros a intervenir para que las mujeres estemos representadas y participemos, en pie de igualdad, en todas las iniciativas encaminadas al mantenimiento y fomento de la paz, la seguridad, así como en la prevención y resolución de conflictos.
Excma.Sra. María Izquierdo Rojo
Diputada constituyente y presidenta de la Asociación Foro Veneranda Manzano