Hacia un mejor ejercicio de la política         tras la incorporacion de las mujeres

 

Muchos hemos sido los europeos comprometidos en la defensa del acceso de las mujeres a la representación política. Ahora en presente y a pesar de algunas carencias aún persistentes, podemos celebrar nuestro acierto: Hemos avanzado mas de lo que nunca pensábamos y gracias a ello se está produciendo una transformación social de enorme transcendencia en las políticas de igualdad del ser humano.

En este largo camino en el que tan sólo hemos comenzado a dar los primeros pasos, es ahora cuando alcanzamos a percibir la dinámica transformadora en la que nos introducen las consecuencias de la paridad. Es en este presente cuando se hace necesario poner en marcha nuevos modelos de decisión conjunta hombre-mujer” y la implementación de nuestras políticas con los nuevos contenidos y objetivos que derivan de la integración de las diferencias. Merecemos que las entidades públicas se pongan al día en el complejo mundo actual, que apliquen cuantas diferencias e innovaciones son resultado de los cambios operados y de las nuevas dimensiones sociales.

El acceso de las mujeres a la política es un derecho democrático de la persona y a ello hemos llegado a través de las políticas de igualdad. La consecución de nuestra incorporación ha sido pues el primer paso fundamental en las políticas europeas de Derechos humanos y de las Mujeres. Pero este proceso que hemos desencadenado, esa dinámica de cambio iniciada, ha de ser continuada en todas sus consecuencias, dando cauce a las diferencias y potencialidades que contiene.

El nuevo modelo de decisión conjunta, de cooperación decisional hombres-mujeres, aportará notables mejoras a esas fórmulas tradicionales, monolíticamente masculinas y tan desacreditadas al haber sido el marco de la secular exclusión política de todo un género humano. Frente a ello, nuestro actual reto es el de invertir lo mejor de las diferencias y hacer que fructifiquen en una política integradora. El objetivo es ir implantando un modelo decisional conjunto, que llege a transformar, modernizar y a adecuar la actuación política a las necesidades del amplio y complejo mundo actual. Este espacio paritario en el que ha de desarrollarse la política en el próximo futuro, está compuesto de hombres y mujeres, ambos, dispuestos a superar los viejos estereotipos machistas y decididos a implantar nuevas maneras de ser y de estar en la política, ambos compartiendo un espacio común de representatividad y gobernabilidad.

Una nueva política que debería gestarse en el marco europeo. La Unión Europea es el ámbito idóneo para abrir estas perspectivas, planes, marcos de actuacion, programas y proyectos que marquen los ejes y bases de las pertinentes reformas. Con ello recuperaríamos la audacia de nuestros mejores tiempos, en detrimento de los peligros de burocratización que nos acechan. Es aquí en la UE donde, una vez que hemos logrado el acceso de las mujeres a las instituciones y a la vida social ciudadana, se nos presenta la oportunidad de utilizar esta nueva dinámica innovadora para mejorar nuestro ejercicio de la política: La presencia paritaria y compartida de hombre y mujeres en las tareas poíticas, no debe quedarse en una mera cuestión de percepción visible, de protagonismo o de presencias, debe calar profundo para llegar a activar y desencadenar toda una serie de transformaciones políticas necesarias que los ciudadanos vienen demandando hace tiempo.

María Izquierdo Rojo