MARÍA IZQUIERDO ROJO | Granada Hoy 13.07.2011 –
ESTUVE en Madrid en el mitin de proclamación de Rubalcaba y me alegraré de por vida porque mereció la pena vivir, en directo, el gran calor y apoyo que supo trasmitir el PSOE a su candidato en este magnífico lanzamiento. Allí se sintió inequívoca, la confianza, la seguridad y las ganas de ganar que emanaba Alfredo P.Rubalcaba. Desde luego, nada que ver con las deleznables caricaturas del sujeto, las crónicas esperpénticas que empiezan a bombardear los sicarios del PP.
Me parece mezquino que, por encima de ideologías y partidismos, algunos no sepan reconocer lo importante que es, para cualquier democracia que se precie, el contar con políticos de altura y valía que den la talla, sean socialistas o de derechas, y que no escondan su manera de pensar. Que actúen de cara y con lealtad al país al que van a representar: Así es Rubalcaba, un candidato que va por delante mostrando su preocupación y plena dedicación hacia quienes han quedado peor por la crisis; y que declara abiertamente a dónde va a dirigirse su actuación hacia los jóvenes; defendiendo los logros del estado de bienestar amenazados por la derecha; dando prioridad a la educación , a los emprendedores, la innovación, etc.; y mostrando sin tapujos cuáles serán sus propuestas. ¡Qué diferencia de lo que ocurre con la derecha española! (tal como nos recordó) que nunca se confiesa de derechas ni dicen lo que son.
La eficacia probada de Rubalcaba no deja duda en que las propuestas planteadas se llevarían a cabo, si el fuera el próximo presidente del gobierno: entre ellas, las mas urgentes para fomentar el empleo y la regeneración democrática. Es cierto que el PSOE se entusiasmó escuchando el impacto de sus palabras y reviviendo motivaciones que han urdido, en este país, los mejores progresos de nuestra democracia. ¡Por fin un mitin en el que no se mencionó al PP!, me gustó recordar que efectivamente entonces, en la transición, tampoco teníamos tiempo, ni ganas, de insistir constantemente ni rememorar los mundialmente conocidos atropellos de la derecha española.
En fin, dado el efecto enormemente positivo que tuvo el acto, no me extraña que de nuevo hayan salido como, tigres, numerosos sicarios y mercenarios del PP a tumba abierta, diciendo barbaridades. A decir verdad, ya empezaron a invalidar al candidato días antes, cuando aún era no-nato.
Pero hablando en positivo, yo sí creo que, por fin, vamos a comenzar a regenerar nuestra práctica democrática, vamos a extrovertir la acción política para que llegue a la gente, ampliar su participación y colaboración en la cosa pública. Es evidente que estamos comenzado a avanzar por este camino, al que se refería Rubalcaba al final de su magnífica intervención, mostrando algo también fundamental para evitar sectarismos y dotar la democracia de un saludable pluralismo: la importancia de valorar las propuestas «por lo que dicen y no por quién lo dice».
El acomodado Rajoy, que desde luego siempre ha suscitado reservas como candidato, viene practicando, por el contrario, una total intransigencia y desprecio hacia lo que no le toca interesadamente a él o al PP: su constante «encojida de hombros» ante situaciones críticas que son indudablemente beneficiosas para el interés general lo que resulta inconcebiblemente irresposable para gran parte de la derecha europea; su «no soltar prenda» sobre lo que pretende recortar y centralizar si llegara al gobierno de la nación; su deslealtad, tanto interna como «de asuntos exteriores», en horas de extrema dificultad para España; y el haber vuelto a convertir a la derecha española en una manada de lobos y lobas hambrientos de carnaza socialista, no me parece muy edificante para quien pretende llegar a presidir este país.
Con parámetros europeos, resulta inconcebible que El Mundo, en su portada del domingo, intente descalificar al candidato por el hecho de tener diez años mas que su antecesor. ¡Qué extraña concepción de lo que es pilotar un país…! Cuando se reniega de la experiencia política y gubernamental de Rubalcaba, y cuando, como todos sabemos en la situación actual, no sobran ni la destreza, ni la agudeza y reflejos, ni las horas de vuelo, ante las duras y continuas tormentas que nos amenazan como europeos y ciudadanos del mundo ¿Ha echado una ojeada ese periódico a la edad y relevo generacional de la clase política europea?
Para la calidad de la democracia española es una buena noticia contar con Rubalcaba, un buen candidato que tiene propuestas explícitas, proyecto, experiencia, decisión, ganas, y el apoyo de un gran partido, de nuevo estímulado y decidido a recuperar la confianza de la gente que cree en el progreso conjunto de todos, en un proyecto innovador y regenerador.